Una merienda para una tarde fría de invierno.
Tenia que rendir homenaje al invierno y a la nieve porque me encanta:)
Una idea sencilla y divertida con la que seguro sorprenderéis a los peques de la casa con un único ingrediente: rosquillas (tipo filipinos) cubiertos de chocolate blanco.
Envolver en film transparente, pintar con rotulador permanente sobre el mismo los ojos, boca y botones. Pegar un sombrerito con papel charol negro y una pequeña nariz con cualquier recorte de revista que tenga color naranja. Terminar con una cinta roja a modo de bufanda.
Y aquí tenemos nuestros muñecos de nieve dulces.
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